El ciclo del carbono es un ciclo biogeoquímico por el cual el carbono se intercambia entre la biosfera, la litosfera, la hidrosfera y la atmósfera de la Tierra. Los conocimientos sobre esta circulación de carbono posibilitan apreciar la intervención humana en el clima y sus efectos sobre el cambio climático.
El carbono (C) es el cuarto elemento más abundante en el Universo,
después del hidrógeno, el helio y el oxígeno (O). Es el pilar de la vida
que conocemos. Existen básicamente dos formas de carbono: orgánica
(presente en los organismos vivos y muertos, y en los descompuestos) y
otra inorgánica, presente en las rocas.
En el planeta Tierra, el carbono circula a través de los océanos, de la
atmósfera y de la superficie y el interior terrestre, en un gran ciclo
biogeoquímico. Este ciclo puede ser dividido en dos: el ciclo lento o geológico y el ciclo rápido o biológico.
Suele considerarse que este ciclo está constituido por cuatro
reservorios principales de carbono interconectados por rutas de
intercambio. Los reservorios son la atmósfera, la biosfera terrestre
(que, por lo general, incluye sistemas de agua dulce y material orgánico
no vivo, como el carbono del suelo), los océanos (que incluyen el
carbono inorgánico disuelto, los organismos marítimos y la materia no
viva), y los sedimentos (que incluyen los combustibles fósiles). Los
movimientos anuales de carbono entre reservorios ocurren debido a varios
procesos químicos, físicos, geológicos y biológicos. El océano contiene
el fondo activo más grande de carbono cerca de la superficie de la
Tierra, pero la parte del océano profundo no se intercambia rápidamente
con la atmósfera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario